Contratistas forestales advierten un escenario crítico por aranceles y violencia en el sur

Contratistas forestales advierten un escenario crítico por aranceles y violencia en el sur

El sector forestal chileno, considerado estratégico para la economía nacional y motor del empleo en regiones como Biobío, Ñuble, La Araucanía y Los Ríos, enfrenta un escenario adverso que combina factores internos y externos.

A la baja de los precios internacionales de la madera y la celulosa, se suman atentados en la macrozona sur, incendios forestales cada vez más devastadores y, ahora, la aplicación de aranceles en Estados Unidos, principal destino de las exportaciones chilenas del rubro.

Según cifras de la Asociación de Contratistas Forestales, Chile exporta cerca de 1.500 millones de dólares en madera al mercado norteamericano, principalmente molduras y productos elaborados. Con la aplicación de un 10% de arancel, las pérdidas alcanzarán los 150 millones de dólares, un golpe directo que puede repercutir en toda la cadena productiva. “Las empresas deberán absorber este costo reduciendo márgenes o traspasándolo a precios, lo que amenaza la competitividad frente a otros países proveedores”, advierte René Muñoz, gerente del gremio, en entrevista con Vértice TV.

La complejidad del escenario no se reduce al comercio exterior. En la macrozona sur, los contratistas siguen enfrentando ataques armados, robo de madera y violencia rural. Aunque la cifra de atentados bajó respecto del año anterior, con 18 ataques en lo que va de 2025 frente a 26 en 2024, la situación sigue siendo crítica. “El sector no logra trabajar en condiciones normales; los atentados y la inseguridad son una constante que afecta a empresas y trabajadores”, señaló Muñoz.

A estos problemas se suman los incendios forestales. Chile ya ha vivido megaincendios de sexta generación en 2017 y 2023, que dejaron miles de hectáreas destruidas y pérdidas millonarias. Con el cambio climático intensificando olas de calor, el dirigente advierte que los riesgos son cada vez mayores. “Cuando se enfrentan temperaturas extremas, vientos fuertes y baja humedad, los incendios son incontrolables. Solo la prevención puede marcar la diferencia”, puntualiza Muñoz.

El gerente de Acoforag subrayó la necesidad de que el Estado asuma un rol más activo en la forestación y reforestación. “Se estima que existen 2 millones de hectáreas erosionadas que podrían destinarse a nuevas plantaciones, fundamentales no solo para sostener la producción, sino también para cumplir con el compromiso de carbono neutralidad al 2050. Hoy, los bosques del país capturan cerca del 60% de las emisiones nacionales, pero esa capacidad peligra si no se repone lo que se ha perdido por incendios y abandono”, remarcó.

En este escenario, la situación de las pequeñas y medianas empresas forestales es particularmente delicada. La baja en la actividad, la inseguridad y la presión de costos mantienen a muchos contratistas en un estado de supervivencia. “El sector está deteriorado, tironeado por todos lados y con poca actividad”, resumió Muñoz, advirtiendo que la falta de medidas concretas amenaza la continuidad de un rubro que es vital para el desarrollo económico del sur del país.



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