Ñuble define su primera hoja de ruta para enfrentar olas de calor, sequías e incendios
Fortalecer la capacidad adaptativa de la región de Ñuble frente a los eventos extremos asociados al cambio climático y disminuir las emisiones de gases efecto invernadero, es el objetivo del futuro Plan de Acción Regional de Cambio Climático (PARCC).
El anteproyecto fue aprobado en septiembre pasado por el Gobierno regional y actualmente se encuentra en la etapa III de consulta ciudadana, la que se suma a otras instancias participativas desarrolladas durante su elaboración, donde municipios se involucraron junto a diferentes servicios públicos, además del sector privado y representantes de la sociedad civil.
El documento expone un diagnóstico climático regional, sus vulnerabilidades, los tipos de emisiones y las acciones para alcanzar la aprobación formal del PARCC definitivo.
El anteproyecto contiene 16 medidas estratégicas de adaptación, mitigación e integración, que serán desarrolladas por las seremias de Medio Ambiente; Energía; Transporte; Obras Públicas y Vivienda y Urbanismo, además de servicios como Infor, Indap, Conaf, Senapred, Subsecretaria de Pesca, Sernatur y la DGA.
La propuesta está disponible en www.goredenuble.cl y puede ser comentada en línea. También, se dispuso de una copia en papel para realizar observaciones en el Gobierno Regional.
El 10 de noviembre se cierra la consulta ciudadana y se inicia la etapa 4, que corresponde a la elaboración del proyecto definitivo, el cual debe incorporar aquellas observaciones viables y pertinentes. Posterior a ello, debe ser aprobado por el Comité Regional de Cambio Climático (CORECC) de Ñuble.
La etapa 5, corresponde a la aprobación final del documento que será el instrumento de gestión climática regional, a implementar en cinco años. Sus acciones se deberán alinear con la Estrategia Regional de Desarrollo Ñuble 2030 y la Ley Marco de Cambio Climático.
El financiamiento del PARCC Ñuble, está sujeto a los presupuestos sectoriales de los diversos servicios públicos integrantes del CORECC, así como también con algunas iniciativas que ya tienen financiamiento de fondos concursables y/o serán presentados a fondos.
Temperatura máxima al alza
El texto reveló antecedentes climáticos de la región, como el aumento constante de la temperatura máxima diaria en la región. En Chillán, se identificaron 214 olas de calor desde 1970. La más extensa ocurrió en 1997 durante 9 días, con una temperatura promedio de 28,2°C y máxima de 30,2°C. La ola de calor más calurosa fue en 2019, durante 4 días, con 37,7°C promedio y 40°C de máxima.
El análisis de los datos históricos revela un comportamiento irregular de las precipitaciones, porque si bien se ha constatado una disminución de las lluvias en el tiempo, han sucedido eventos intensos. La cordillera registra el mayor promedio anual (estación Caracol 2,347 mm, estación Diguillín 1,961 mm), mientras que en la zona centro, incluyendo Chillán, el promedio es de 1,006 mm. Por su parte en las zonas costeras, las precipitaciones son menores que en el resto de la región (estación Coelemu 841,5 mm). Sin embargo, entre junio y agosto de 2023, se registraron eventos significativos, con consecuencias como rutas interrumpidas, personas aisladas y familias sin suministro eléctrico. La precipitación acumulada mensual en Chillán mostró un superávit del 7% en comparación con años anteriores.
De acuerdo al documento, la variación de la temperatura media anual a nivel regional se calcula en un promedio de +1,28°C, con un aumento destacado de hasta 1,5°C en las áreas del este y sureste, que experimentarían mayores impactos.
En la región de Ñuble, se presentará un aumento significativo en la frecuencia de olas de calor, especialmente en San Nicolás, Chillán, San Carlos y Ñiquén, las cuales superarían los 20 días consecutivos de olas de calor bajo el escenario futuro. Con respecto a las comunas cordilleranas incluidas Coihueco, San Fabián y Pinto, presentarán un aumento menor. Ñiquén presentará una variación significativa, pasando de 19 días a 40 días de olas de calor a futuro. Por otro lado, para la época de otoño (marzo, abril, mayo), la comuna de San Nicolás experimentará un mayor aumento en días consecutivos por encima de los 30°C, seguida por Ñiquén y Chillán.
Lluvias en descenso
Se proyecta una baja promedio del 16,42% en las precipitaciones, acentuándose en el norte de la región. Se espera una disminución general en todas las comunas, pasando de un promedio anual actual de 1226,18 mm a 1025,91 mm en el escenario proyectado, siendo las comunas de San Nicolás, Portezuelo, Chillán y Chillán Viejo las que se verán más afectadas.
Según las proyecciones climáticas, San Fabián experimentará una disminución significativa, entre -2.67% y -0.72%, en la lluvia máxima diaria.
Se proyecta un aumento del 20% en la frecuencia de sequías a nivel regional para el periodo 2035- 2065. El cambio varía desde el 16% en las comunas de Coelemu, Yungay y Pemuco, al 23% en las comunas de Coihueco, San Fabián, San Nicolás, Ñiquén y Chillán, las cuales serían las más afectadas por el déficit hídrico.
La disminución de nieve ocurrirá en el este de la región, afectando a las comunas con zonas de cordillera, con pérdidas que oscilan entre -46.20% y -96%. El Carmen (-95.58%), Pemuco (-87.21%) y Yungay (- 81.25%) anotarán una baja drástica. Se evidencia una disminución del 100% en las nevadas de verano en Pinto, mientras que, en otoño, invierno y primavera, se anticipan fuertes reducciones, afectando principalmente a San Fabián, Pinto y San Nicolás.
Impactos del cambio climático en la región
El incremento de la temperatura en la región se ha registrado en promedio como 2°C durante el invierno y 5°C en el verano, y se espera que esta tendencia continúe en aumento en los próximos 30 años.
Esta situación ha llevado a cambios significativos. El complejo volcánico Nevados del Chillán ha experimentado una preocupante disminución en la extensión de sus 26 glaciares. Un estudio de 2014 de la Universidad de Chile, señaló un retroceso glaciar del 63,6% entre 1978 y 2011, vinculado al aumento de temperaturas, estimándose un incremento de 0,27°C en la temperatura promedio anual por década.
Durante la última década, el retroceso glaciar ha persistido con una reducción del 56,6% entre 2014 y 2022, registrando una superficie glaciar de 2,63 km2 en el último año según el Inventario Público de Glaciares.
El estudio de vulnerabilidad en las costas de Chile destaca que el 0,26% del área total de la región, equivalente a 34 km2, está expuesto a riesgos debido al aumento del oleaje y la elevación de la cota de inundación. En términos de vulnerabilidad, un aumento de 0,3 metros en la cota de inundación podría afectar aproximadamente 90 elementos en Cobquecura y 48 en Coelemu.
El aumento de las temperaturas y la disminución de las precipitaciones pueden tener un impacto significativo en la distribución del huemul. Estos cambios climáticos podrían afectar la disponibilidad de vegetación en su hábitat.
En flora, especies endémicas como el queule podrían disminuir su presencia, tal. Se proyectó que la variación de la evapotranspiración, la precipitación, temperatura e insolación solar diaria, generarían variaciones en la probabilidad de presencia de la especie de cerca de -30% en la región.
El cambio climático afecta negativamente la productividad de los bosques de roble, raulí y coihue en la región de Ñuble, con una reducción estimada de 358,760 m3 acumulados al 2050 y 615,017 m3 al 2070.
Los incendios forestales también impactan la cobertura de bosques nativos. Aunque la mayoría tienen origen antrópico, el cambio climático favorecerá las condiciones ambientales propicias para la intensificación y rápida expansión de los siniestros, como resultado del aumento de vientos y sequías, condiciones que según el atlas de riesgo climático, presentarán aumentos más intensos en Ñiquén, Chillán, Chillán viejo y Bulnes.
Impactos en las comunidades
La región enfrenta una grave sequía, exacerbada por la disminución de precipitaciones y el aumento de temperaturas. Desde 2016, la escasez de agua afecta a comunidades urbanas y rurales, provocando la evaporación de cuerpos de agua y la reducción de pozos.
Asimismo, se ha evaluado el riesgo de inundaciones debido a lluvias torrenciales, destacando un aumento en las probabilidades en zonas urbanas como San Carlos y Chillán, especialmente en la zona precordillera, lo que ha generado pérdidas significativas. Esto se ha evidenciado en agosto de 2023, cuando lluvias intensas afectaron a más de 420 viviendas y dejaron a más de 300 personas damnificadas en la ñuble.
Cobquecura y Coelemu se encuentran en riesgo moderado a alto, con amenazas asociadas al aumento de la cota de inundación. Entre junio y agosto de 2023, marejadas causaron impactos notables, con olas anormales de 5 a 6 metros afectando viviendas en Vegas de Itata.
Los incendios forestales presentan impactos significativos en las comunidades de la región registrándose daños físicos sobre viviendas, bienes materiales y medios de subsistencia, además, alteran la calidad del aire repercutiendo directamente sobre la salud de las personas. En febrero de 2023, se registraron incendios intensos con 69,478 ha quemadas, 339 viviendas destruidas y 902 personas afectadas, llevando a decretar Estado de Excepción.
Impacto en actividades económicas
El aumento de temperaturas afecta los patrones de aumento de caudales y a los agricultores, obligando a realizar ajustes en momentos de siembra y cosecha. Las temperaturas favorecen la propagación de enfermedades en las plantas afectando los cultivos y resultando en significativas pérdidas económicas.
La industria forestal ha experimentado un notable aumento en Chillán, Pinto, Bulnes y San Ignacio. Este cambio ha llevado a la disminución de bosques nativos, generando riesgos como la erosión del suelo y la frecuencia de incendios forestales, especialmente en verano. En los incendios forestales de 2023, se identificó que el 3.6% de la superficie regional de plantaciones, equivalente a 32,664.69 ha, se vio afectada.
Los incendios forestales han afectado el turismo en la región, con los cierres de las reservas Los Huemules del Niblinto y Ñuble, resultando en la disminución de visitantes e ingresos económicos.
Las fuertes lluvias que se presentaron en junio de 2023, las cuales afectaron pequeñas y medianas empresas turísticas, causando daños a la infraestructura y afectando a comunas como Cobquecura y San Fabián. También, el complejo turístico Nevados de Chillán sufrió impactos durante la temporada invernal debido al retroceso de la cota máxima de nieve proyectado hasta 2050.
Plan de Acción
Mediante el futuro Plan de Acción Regional de Cambio Climático se busca enfrentar los eventos extremos asociados al cambio climático y disminuir las emisiones de gases efecto invernadero de los principales sectores emisores en la región, como energía y agricultura.
Entre algunas de las acciones, por mencionar, se busca el fortalecimiento del Programa de Protección contra Incendios Forestales, al igual que la fiscalización y monitoreo para disminuir las condiciones de los mismos. Además, se apunta a la promoción del uso de energías renovables y eficientes y a la movilidad sostenible. También se desea impulsar herramientas para forestación y desforestación de tierras afectadas por incendios, la promoción del desarrollo sostenible para el sector silvoagropecuario, la supervigilancia de las normas de planificación territorial, el mejoramiento de defensas de borde costero y ribera, programas de inversión para asegurar la optimización del uso del agua para sector agrícola y ganadero, restauración ecológica de los ecosistemas, entre otras.
El gobernador regional, Óscar Crisóstomo, indicó que este trabajo es una hoja de ruta estratégica para asegurar el futuro de Ñuble.
“Nos entrega las herramientas para gestionar de manera mucho más eficiente nuestros recursos hídricos, proteger nuestra agricultura familiar campesina y preparar mejor a nuestras 21 comunas ante riesgos como la sequía o los incendios”, explicó.
La autoridad destacó que el anteproyecto del Plan de Acción Regional fue realizado con una mirada descentralizada y conectada con las necesidades de los ñublensinos.
“Ñuble ha demostrado que la descentralización también es climática: desde el territorio se pueden generar soluciones reales frente a los efectos del cambio climático de toda la región. Como Gobierno Regional, estamos comprometidos en liderar esta adaptación. El PARCC es la base sobre la cual construiremos un Ñuble más seguro, sostenible y preparado para los desafíos del mañana, garantizando una mejor calidad de vida para las actuales y futuras generaciones”, enfatizó.
Evaluación sociedad civil
La ONG Unidos por la Acción forma parte del Comité Regional de Cambio Climático, donde buscan aportar con una mirada integral y territorial, enfocada en la salud. La organización cuenta con experiencia en educación comunitaria, gestión de emergencias, protección animal y restauración eco-comunitaria.
Entre sus aportes en la instancia, han advertido que se debe trabajar en la débil preparación para emergencias climáticas (incendios, sequías, inundaciones) que afectan a familias y animales, como la necesidad de incluir a los animales y la biodiversidad en la planificación climática, porque son parte del tejido social, económico y ecológico de Ñuble.
Para la representante de la organización, Andrea Burgos, el anteproyecto “va en una buena dirección”, sin embargo, advirtió que faltan elementos clave para una adaptación inclusiva y efectiva.
“Se requiere reforzar protocolos para emergencias climáticas con enfoque animal y comunitario, planes locales de evacuación y albergue multiespecie, apoyo a familias rurales, pequeños productores y fauna silvestre. Además, de educación y participación comunitaria permanente y mayor coordinación entre instituciones, academia y organizaciones territoriales. En pocas palabras, Chile avanza, pero aún falta asegurar que en la planificación nadie quede fuera; ni las personas, ni los animales, ni los ecosistemas que sostienen la vida y el desarrollo regional”, sostuvo.
Desde la ONG Oxum, dedicada a la educación hídrica, agroalimentaria y al desarrollo comunitario, valoraron que las medidas propuestas en el nuevo plan responden a los desafíos del cambio climático, aunque advirtieron que este trabajo debió haberse realizado antes.
“Siento que hay una conciencia de que hay que avanzar. (…)Pero estamos atrasados, porque es la primera propuesta y va a tener mucho que corregir. El rol que está cumpliendo este plan, es un poco ordenar la casa. Este es un plan que también está empujando a los diferentes servicios, porque también tienen que verse entre comillas presionados para poder conversar entre ellos, cosa que ha costado mucho en Chile. Por ese lado es muy positivo el tema de tener un instrumento que ponga un poco las reglas”, expresó el presidente de Oxum, Fernando Villegas.
Asimismo, recalcaron la importancia de que la planificación rural quede articulada con el desarrollo de los territorios y adaptada a las dinámicas comunitarias, evitando conflictos derivados de procesos de parcelación desregulada que, según señalaron, están alterando ecosistemas productivos, generando contaminación y afectando la convivencia entre habitantes tradicionales y nuevos residentes.
“Los territorios entendidos desde las comunidades, un desarrollo que sea mucho más integral. No se trata de hacer una guerra contra la gran industria, pero sí de tomar en cuenta las formas de vivir de las comunidades y que ellos sean capaces también de tomar decisiones, que se tomen en cuenta sus formas de producción y desde ahí transicionar a otras formas de vida, que sean menos dañinas al medio ambiente. El problema es que hay zonas que son muy buenas para la producción y se están parcelando para hacer las casas de grado y eso trae un tremendo problema”, sostuvo.
Fuente: La Discusión
