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Cerca del 50% de la tala ilegal en Ñuble afectó a especies nativas este año

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La Seremi de Seguridad de Ñuble dio cuenta de diversos operativos en torno a las fiscalizaciones en la ruta a camiones que transportaban madera.

Se especificó que, en conjunto con personal de la Conaf, Carabineros de la 5ª Comisaría de Quirihue e inspectores de la Seremía de Transportes y Telecomunicaciones y de Impuestos Internos, se concentraron en sectores como Vegas Verdes, de la provincia de Itata.

Pese a que se trata de un operativo que se realiza de manera constante, en el marco de la Ley de Robo de Madera, delito priorizado en el Plan Regional contra el Crimen Organizado, en esta oportunidad hubo especial atención por parte de la prensa local, en especial, luego que la Conaf hiciera público que entre los últimos cinco años, en Ñuble se han contabilizado cerca de 1.403 hectáreas afectadas por tala ilegal o robos de madera.

Y uno de los factores más dramáticos (e imperdonables) es que del total de la superficie saqueada, 720 hectáreas corresponden a bosque nativo de muy lenta recuperación e indispensable para la conservación medioambiental de la región.

Conforme a la misma fuente, este 2025, se reportaron 56 casos de robo de madera hasta la fecha, frente a los 81 del mismo periodo en 2024. Sin embargo, esta disminución en los reportes no significa que el problema esté resuelto.

En octubre de 2025, fiscalizadores de Conaf (junto a Carabineros) detectaron, por ejemplo, un caso grave de tala ilegal y robo de madera nativa en el sector Huemul–Agua Santa, comuna de El Carmen.

Se arrasó con especies nativas como roble, raulí, y también se afectó el hábitat de especies en conservación, como el naranjillo.

En ese operativo se concluyó que el robo había sido organizado, se encontró evidencia de la mano de grupos que planifican la tala en días y horarios determinados para extraer madera o astillas y luego comercializarlas sin permisos de tránsito.

En otro hecho reciente, en la comuna de San Fabián de Alico, se detuvo en flagrancia a ocho personas mientras robaban madera de un predio forestal, incautándose camiones, motosierras, maquinaria pesada y cerca de 150 metros cúbicos de madera.

Pese a lo anterior, muchos casos siguen con imputados desconocidos (44 de los 56 casos de 2025), lo que evidencia dificultades para identificar a los responsables.

Pero la tarea es compleja y para dimensionar cuanto, basta con entender que hay más de 4.200 kilómetros de ruta pavimentada en Ñuble por fiscalizar.

“El trabajo que se ha articulado desde la Seremía de Seguridad Pública de Ñuble está enfocado en trabajar en el delito priorizado del robo de madera, esto enmarcado en el contexto del Consejo Regional Contra el Crimen Organizado”, explica el seremi del Seguridad, Jorge Muñoz.

El secretario ministerial añade que “se ha tenido un despliegue territorial en los puntos donde han ocurrido ciertas incidencias, por lo tanto, el presente año hemos estado generando controles a camiones y vehículos de carga que transportan madera, entendiendo cuáles son sus rutas, su trazabilidad, su lugar de origen y destino”.

Este 2025, sólo la Conaf ha realizado un promedio de 300 fiscalizaciones al año en la región, cubriendo miles de hectáreas, muchas de ellas vinculadas a denuncias de tala ilegal o robo.

Dentro de las comunas más afectadas, figuran El Carmen (en el sector Huemul–Agua Santa) y San Fabián de Alico.

Las especies más afectadas

Especies como el roble han sido mencionadas explícitamente en la mayoría de los operativos de tala ilegal en Ñuble, informados por Conaf.

Otras especies como el raulí y el coigüe también aparecen repetidamente como especies afectadas en denuncias recientes de tala ilegal y robo de madera, mientras que la lenga y el ñirre se encuentran en zonas donde se han detectado cortes ilegales pequeños (“floreo”), lo que las hace vulnerables.

No escapan a esta lista, la tepa y la citronella mucronata (naranjillo), considerada como especie en conservación, pero su presencia en menor escala en la zona, es una desventaja en cuanto a la cantidad de denuncias formales que se hacen debido a su tala ilegal.

Aunque con menos denuncia, la Conaf incluye en esta lista de especies nativas al radal (Lomatia hirsuta), presente en áreas protegidas y bordes de bosque; susceptible a extracción puntual; al ciprés de la cordillera (Austrocedrus chilensis), escasa y de alto valor local; extracción y daño de hábitat son los riesgos que corre.

Figuran además, el simbio, el tineo (árbol nativo de bosques siempreverdes, cuya madera y uso local lo hacen vulnerable en zonas accesibles; el laurel, cuya extracción es, generalmente, para uso doméstico o comercial; y el arrayán, extraído puntualmente para leña y usos locales.

En menor escala figuran el maqui, de escaso valor maderero pero afectado cuando se destruye su hábitat; el canelo, especie presente en bosques valiosos, cuya pérdida afecta la estructura y usos culturales; el avellano, en mosaicos de bosque; la araucaria (pocas y más al sur, pero zonas de transición pueden tener individuos aislados); el alerce/ciprés de las Guaitecas (no comunes en Ñuble, pero en reservas y pasos cordilleranos cercanos su presencia es sensible) especie mencionada por su alto valor y cuya extracción ilegal tiene las sanciones más severas.

Finalmente, se menciona al quillay, especie de uso tradicional y comercial (saponinas); afectada por remociones de vegetación y el arrayán, de alta presencia local en humedales y quebradas; vulnerable a degradación.

Delito se mueve a nuevas zonas

Como complemento, el director regional de Conaf, Salvador Ramírez, añade que “las comunas de la precordillera, como Yungay, El Carmen, Pinto o San Fabián, asociadas al bosque nativo del tipo forestal han sido las más afectadas de manera histórica, en la región. Además de la superficie denunciada, se siguen vinculando terrenos para la agricultura en la zona del secano interior, afectando a los bosques esclerófilos, como el espinal, que si bien no es parte de las especies protegidas, su tala se castiga con multas”.

Queda claro que la tala ya no es un ataque que solo dañe a La Araucanía o a Biobío, que han sido declaradas como zonas de excepción. Ñuble ya evidencia riesgos.

“Si bien estos hechos se han concentrado principalmente en zonas bajo estado de excepción, lamentablemente se están trasladando hacia sectores donde no existe esa medida. Desde Corma seguimos colaborando activamente para erradicar el crimen organizado, este ilícito que perjudica principalmente a las pymes de nuestro sector”, advierte Alejandro Casagrande, presidente de Corma Biobío.

Fuente: La Discusión

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