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Aumentan incendios en temporada baja y los indicios de intencionalidad alertan por riesgos para periodo peak

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Durante la temporada de incendios forestales 2024-2025, concluida el pasado 30 de junio, las empresas forestales presentaron 324 denuncias y 45 querellas por intencionalidad en los siniestros de bosques, según revela el presidente regional de Biobío y Ñuble de la Corporación Chilena de la Madera (Corma), Alejandro Casagrande.

La mayoría de los casos corresponde a episodios ocurridos en el período peak, el que se concentra entre el 15 de diciembre y el 15 de marzo.

Sin embargo, en lo que va del ciclo 2025-2026, entre el 1 de julio y el 5 de diciembre, y que corresponde a la temporada “baja” de incendios, se advierte un incremento en su número en comparación con igual período del año pasado. Según cifras de la Corporación Nacional Forestal (Conaf), en un desglose por región, las alzas van desde el 6% al 44%.

Además, en los lugares donde se registraron los siniestros, según Casagrande, se han detectado “incendios multifocos simultáneos” y “cercanía con zonas pobladas”, por lo que la organización gremial llama a las autoridades a “mejorar las capacidades de investigación”.

Casagrande confirma que los antecedentes reunidos por los casos ocurridos desde julio a la fecha “se han convertido en denuncias formales en Maule, Ñuble, Biobío, La Araucanía y Los Ríos”, y que se ha solicitado a las fiscalías “investigar todos los hechos que presentan indicios de intencionalidad”.

Desde Bosques CMPC, el gerente de Asuntos Corporativos, Ignacio Lira, corrobora que “entre el 1 de julio y el 5 de diciembre hemos sufrido 61 incendios”, y lamenta que “la mitad de ellos presenta claras características de intencionalidad”.

A modo de ejemplo, menciona que a fines de noviembre “tuvimos cuatro incendios en Angol, al norte de La Araucanía, todos multifoco. Es imposible pensar que se trata de una negligencia o casualidad”, recalca.

Diez focos de origen de las llamas en Collipulli

Asimismo, revela que el viernes 5 un incendio a pocos kilómetros de la zona urbana de Collipulli presentó 10 focos de inicio de las llamas. “Por las condiciones climáticas de esta parte del año, el incendio no tomó tanta fuerza, pero si hubiera ocurrido en las próximas semanas, sería otra historia”, comenta.

El ejecutivo alerta a las autoridades y a las fuerzas policiales y de orden “a tomar las medidas de seguridad y de vigilancia necesarias, porque si este escenario se mantiene, la etapa peak de incendios puede ser muy crítica”.

En su “Informe de violencia” de noviembre, publicado el jueves, la Multigremial de La Araucanía aboga por medidas ante el inicio de la “temporada de mayor riesgo” de incendios de bosques. El documento hace notar que “el verano pasado la superficie quemada en La Araucanía aumentó en 206% y esa región concentró uno de cada tres incendios en el sur”.

De igual modo, destaca que el 52% de los incendios de esa zona “fue clasificado por Conaf como de origen desconocido”, lo que da cuenta de “una posible intencionalidad no aclarada”.

Temperatura, sequía e intencionalidad

El académico del Centro de Investigaciones y Transferencia en Riego y Agroclimatología (Citra) de la U. de Talca, Patricio González, confirma que, “a partir de 2010, hay un aumento de incendios forestales en las temporadas en que antes, en el siglo XX, no se producían; específicamente, en invierno y primavera”. El especialista ilustra que “eso se debe tanto a que las temperaturas máximas de invierno han ido aumentando progresivamente como a la megasequía que se viene registrando desde 2007, la que ha ido generando un estrés hídrico tanto en los árboles nativos como en los que han sido introducidos al país, como el pino y el eucaliptus, que son muy inflamables”.

El experto suma a esas dos variables “la intencionalidad que hay detrás de muchos incendios, que en el caso de Chile es muy grave”. Sostiene que “eso ha hecho aumentar la proporción de los incendios forestales en el verano, pero también están apareciendo en un invierno que es más corto, que tiene escasa pluviometría, que presenta un aumento promedio de las temperaturas máximas y donde el ser humano, sea porque se trata de un pirómano, por razones ideológicas o las que sean, encuentra condiciones propicias para provocar incendios”.

El profesor González considera que “mientras Chile no controle esa mano humana maligna, vamos a seguir teniendo incendios muy destructivos”.

Fuente: El Mercurio