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Grupo Fósforo con un siglo de tradición, innovación y sustentabilidad

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En la mayoría de los hogares chilenos, la presencia de una cajita de fósforos es casi una tradición. A pesar de la evolución de los utensilios para encender fuego, como los encendedores eléctricos y autónomos, los fósforos siguen siendo un elemento habitual en la vida diaria. 


Esta resistencia al cambio no es casual, ya que en Chile una empresa centenaria continúa fabricando estos “microproductos con valor agregado”, pero esenciales objetos que, aún hoy, mantienen su vigencia en las casas de todo el país. Es el caso del Grupo Fósforo, una empresa chilena con más de 100 años de historia y que con su planta productiva en Retiro, Región del Maule, y su planta productiva en Los Lagos, región de Los Rios, ha logrado mantenerse relevante en un mercado competitivo gracias a su enfoque en productos sustentables y de alta calidad.

Diego de la Maza, gerente general del Grupo Fósforo, destaca que uno de los pilares de la empresa es su capacidad para tomar una materia prima "muy noble" como el álamo y el pino y convertirla en productos que no solo cumplen con altos estándares de calidad, sino que también generan empleos en la zona y están alineados con las certificaciones ambientales más exigentes a nivel mundial. 


"Es un orgullo saber que estamos haciendo un producto 100% sustentable", comenta el ejecutivo, subrayando el impacto positivo que la empresa tiene en el medio ambiente.

A lo largo de su trayectoria, el Grupo Fósforo ha demostrado ser una excepción en un sector donde muchas empresas tienen ciclos de vida cortos. El fósforo, un producto que parece haber sido relegado por tecnologías más modernas, sigue siendo un elemento crucial en la vida cotidiana, ya sea para encender una cocina, el carbón para un asado o simplemente para tenerlo como una fuente confiable de luz en momentos de apagones, como ocurrió recientemente en Chile.


Resistente al paso del tiempo

En un mundo donde las cocinas eléctricas y los encendedores parecen dominar, el fósforo sigue siendo relevante, accesible y esencial. "El fósforo es un producto súper asequible, está disponible en cualquier supermercado y tiene un precio muy alcanzable para todo el mundo", asegura de la Maza. Aunque algunos prefieren alternativas modernas, como los encendedores eléctricos, de la Maza argumenta que estos productos tienen una vida útil limitada y generan residuos de plástico que no son fácilmente reciclables.

En contraste, el fósforo es completamente biodegradable, y una vez usado, se descompone naturalmente. Esta huella ecológica mucho más baja es una de las razones por las que el fósforo sigue siendo una opción preferida en muchos hogares. 


Nuevos nichos de mercado

El Grupo Fósforo ha sabido diversificarse a lo largo de los años. Un ejemplo de esto es su incursión en la fabricación de palos de helado, un producto que requiere de una precisión milimétrica y una calidad superior para cumplir con las demandas del mercado. "El palo de helado no puede astillarse, debe ser muy recto y de dimensiones precisas", explica de la Maza, destacando la atención al detalle en la fabricación de este producto.


Además, el Grupo Fósforo ha incursionado en la producción de cubiertos de madera, cuyo mercado está en expansión, especialmente los internacionales que valoran la sostenibilidad. Aunque por ahora un porcentaje importante de estos cubiertos se venden en Chile, de la Maza ve un gran potencial en la exportación a Europa y Estados Unidos, donde los consumidores están cada vez más conscientes de la importancia de optar por productos que no dañen el medio ambiente. 

También está elaborando iniciadores de fuego, un elemento compuesto por restos de madera un elemento inflamable que se mantiene encendido de 8 a 10 minutos y que ayuda para encender chimeneas, parrillas y/o para fuegos abiertos.


Certificaciones y la sustentabilidad

Uno de los grandes diferenciadores del Grupo Fósforo es su compromiso con la sustentabilidad. La empresa ha logrado obtener algunas de las certificaciones ambientales más exigentes del mundo, lo que le permite competir en mercados internacionales donde la sostenibilidad es un factor decisivo. Sin embargo, de la Maza señala que no todas las empresas en el mercado pueden decir lo mismo. "Hemos visto competidores que aseguran tener productos certificados, pero que en realidad no lo están", alerta, subrayando la importancia de ser transparentes y cumplir con los estándares más altos.


Además de las certificaciones, el Grupo Fósforo se enorgullece de su compromiso con el cumplimiento de plazos y la calidad del servicio. "Tenemos una tasa de cumplimiento superior al 99% en la entrega de nuestros productos", comenta de la Maza, destacando que se esfuerzan constantemente por ofrecer un servicio excepcional a sus clientes.


Fuente de empleo 

El Grupo Fósforo no solo es un actor clave en el mercado de productos industriales, sino también una fuente importante de empleo para la zona. "Somos una de las mayores fuentes laborales en las zonas donde tenemos operaciones", comenta de la Maza, resaltando que la empresa juega un rol vital en la economía local. En temporada alta, la compañía llega a emplear hasta 800 personas, contribuyendo significativamente al bienestar de las comunidades cercanas.


Innovación tecnológica 

A pesar de sus más de 100 años de historia, el Grupo Fósforo ha logrado mantenerse a la vanguardia en términos de tecnología. La empresa aún utiliza algunas de sus máquinas más antiguas, que tienen más de 60 años, pero que siguen operando con la misma eficiencia que cuando fueron instaladas. "Estas máquinas, aunque no son completamente automáticas, son de una calidad excepcional y requieren un mantenimiento especializado para seguir produciendo productos de alta calidad", explica de la Maza.


Enfoque integral

Aparte, la empresa demuestra que la verdadera sustentabilidad implica un compromiso integral con la comunidad y la mejora continua en los procesos productivos. Desde la creación de productos específicos y de alta calidad, hasta la colaboración activa con las comunidades cercanas, el grupo trabaja en conjunto con los vecinos, apoyando proyectos locales y ofreciendo donaciones a escuelas y juntas de vecinos.


Sin embargo, el camino hacia un modelo de producción sostenible también enfrenta desafíos, especialmente en la formación de nuevos trabajadores. En un mercado que demanda cada vez más profesionales calificados en áreas técnicas como la operación de maquinaria forestal, las empresas están impulsando colaboraciones con escuelas técnicas para asegurar que la próxima generación de trabajadores esté preparada para las demandas de la industria.

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