Google apuesta por madera FSC para su nuevo edificio en Silicon Valley
La madera está recuperando protagonismo a pasos agigantados dentro del sector de la construcción. Hablamos, probablemente, del mejor material posible para aquellos proyectos que buscan reducir su impacto ambiental y asegurar, al mismo tiempo, la máxima confortabilidad posible y cierta renovada conexión con la naturaleza para quienes van a habitar el espacio. Así lo considera también Google, cuyo nuevo edificio de oficinas en Sunnyvale, California, ha sido construido con madera de abeto con certificado FSC y bajo criterios de diseño biofílico.
Un millar de empleados del gigante tecnológico trabajan ya en 1265 Borregas, nombre que se debe a la avenida en la que está ubicado el nuevo edificio. El proyecto es obra de la firma Michael Green Architecture (MGA), estudio de arquitectura canadiense especializado en el diseño y la construcción con madera y otros materiales sostenibles, y reconocido con más de 40 premios internacionales.
María Mora, arquitecta asociada a la firma, fue la encargada de presentar, en el marco de la programación de actividades de FSC España dentro de Rebuild –la feria de la construcción celebrada recientemente en IFEMA–, las principales claves de este nuevo hito de la edificación sostenible levantado en pleno corazón de Silicon Valley.
Uno de los secretos del éxito de este proyecto fue el método Design and Build, que integra las fases de diseño arquitectónico y construcción del edificio. “Desde el primer momento, constructor, arquitecto e ingeniero trabajan con el cliente, lo cual genera eficiencias que favorecen la optimización del diseño y la reducción de los tiempos de proyecto”, explica Mora.
También se incorporó muy pronto al fabricante de la madera certificada, decisión que le permitió a MGA trabajar con materiales, grosores y tipos de piezas reales desde las primeras fases del diseño. Otra de las ventajas fue el control de la cadena de custodia de toda la madera que iba a ser empleada en un gran edificio de 16.000 metros cuadrados. Para ello se apoyó en la certificación de FSC, que garantiza esta trazabilidad del material.
El método Design and Build también contribuye a que todas las partes intervinientes (clientes, arquitectos, constructores, ingenieros, fabricantes, etc…) definan la hoja de ruta que guiará la toma de decisiones a lo largo del proyecto. En el caso de 1265 Borregas, el punto de partida es el bienestar del usuario, es decir, de las personas que van a estar ocupando el lugar. “El edificio está pensado desde el interior hacia el exterior”, asegura Mora.
Mostrar la madera
Dicho principio debe ser compatible con otro de los objetivos, como es “expresar la madera también hacia el exterior, porque al ser este el primer edificio de Google en madera, querían celebrar el material y que se viera. Se trababa de mostrarlo hacia fuera de forma segura”, resalta la arquitecta.
Bajo estas premisas se ejecutó el diseño y la construcción de la obra, para la que se emplearon fundamentalmente paneles de madera contralaminada o CLT, material de construcción con una resistencia similar al hormigón, pero superior en flexibilidad, y también glulam, o madera laminada engomada. Este último tipo de láminas de madera son muy flexibles, por lo que se pueden doblar y curvar fácilmente. También resultan ideales para estructuras muy largas.
Dichos materiales se combinan junto con otros componentes en espacios de dos alturas, donde se encuentran los puestos de trabajo, y otros más pequeños, de una altura, en los que se ubican las salas de reuniones y los núcleos de comunicación. Ambos tipos de espacios se conectan a través de un espacio central, donde convergen todas las plantas, y que favorece la entrada de luz natural mediante un gran lucernario.
Diseño biofílico
Esta presencia destacada de la luz natural, así como el uso de vigas y pilares de madera sin ningún tipo de recubrimiento, cumplen también otra misión que tiene que ver con el diseño biofílico del edificio. La biofilia hace referencia a la conexión innata del ser humano con la naturaleza desde nuestro pasado más remoto.
Dicha relación ancestral con el entorno se pierde inevitablemente dentro de construcciones artificiales en las que se corta todo tipo de vínculo con el medio natural. Esto es lo que trata de revertir la biofilia, que quiere “traer la naturaleza al interior del edificio”, destaca Mora, de cara a contribuir a la comodidad y al bienestar de los usuarios del espacio. La arquitecta apunta a una reducción del 10% del número de bajas de los trabajadores en el nuevo edificio, avance que considera que se debe en buena parte a esta apuesta por la biofilia.
El padre del diseño biofílico, Stephen Kellert, analiza por ejemplo el importante papel de la luz en el ambiente natural, y cómo se pueden reproducir sus características en un entorno construido para alcanzar diversos objetivos de bienestar. Numerosos estudios muestran, de hecho, cómo en ambientes bien iluminados de forma natural, mejora nuestra salud y humor, y además somos más productivos y eficaces, en el caso de los entornos laborales.
Precisamente, las persianas automáticas de 1265 Borregas permiten regular en todo momento la cantidad de luz natural que entra en el edificio, con el objetivo de contribuir a este buen estado de ánimo de los trabajadores, y evitando, al mismo tiempo, eventuales molestias derivadas de un posible deslumbramiento o de fenómenos meteorológicos adversos.
Por otro lado, las vigas y columnas de madera, expuestas sin ningún tipo de ornato a lo largo de todo el edificio, recuerdan inevitablemente a los árboles del bosque, lo cual también es percibido por el cerebro como algo positivo precisamente por esta biofilia innata del ser humano, según los defensores de estos planteamientos. En palabras de la arquitecta, “con la madera hay un componente biofílico en el propio material de construcción”.
A todo ello hay que añadir que, en el exterior, en las zonas circundantes del edificio, se han plantado diversas especies autóctonas de arbustos, como la artemisa californiana y el algodoncillo común, a fin de atraer a los polinizadores del entorno. Se trata de que el edificio no se perciba como un elemento ajeno que rompe con el paisaje, sino como parte integrada en el mismo.
Huella de carbono
La captura de carbono es uno de los principales servicios ecosistémicos que nos brindan los bosques. Esta es una de las principales causas por las que, desde el punto de vista ambiental, resulta buena idea apostar por la madera como material constructivo, siempre que proceda de bosques gestionados de manera sostenible, a fin de garantizar el mantenimiento del recurso natural.
El análisis de ciclo de vida realizado por MGA también recalca la importancia de este embebido de carbono en los propios materiales del edificio. Dicho análisis arroja un resultado espectacular: comparado con un edificio equivalente, pero construido en acero, 1265 Borregas supone una reducción de la huella de carbono de un 96%.
Además de la madera, también contribuyen a esas bajas emisiones los paneles solares instalados en la azotea, los sistemas de aire por suelo radiante y las citadas persianas climáticas de madera. 1265 Borregas cuenta, además, con la calificación LEED Platinum, certificado que el U.S. Green Building Council (USGBC) otorga a los edificios que cumplen con los estándares más exigentes de sostenibilidad y eficiencia energética.
Más allá de los logros de este proyecto en concreto, para Mora es fundamental el papel de liderazgo que está ejerciendo Google para que otras grandes empresas apuesten por la construcción de grandes edificios en madera: “Google es una gran empresa y, para nosotros, tiene mucho valor que una compañía con esta magnitud haya elegido la madera, teniendo todos los materiales a su alcance. Así está lanzando un mensaje de liderazgo de futuro que puede inspirar a otros proyectos y a otras compañías”.
Fuente: El Asombrario