Retroceso ambiental, por Julio Torres
Por Julio Torres, académico de la Facultad de Ciencias Forestales y de la Conservación de la Naturaleza de la U. de Chile
No es extraño que el activismo ambiental use una retórica alarmista para argumentar. El alarmismo moviliza y si se alimenta de exageración y simplismo, bien utilizado está en pos de una causa justa.
El enunciado inicial de la reciente carta de Pamela Poo y Melisa Mallega lo evidencian claramente: “La triple crisis está devastando ecosistemas, especies, cosechas y los medios materiales para la subsistencia de nuestra especie”. A partir de este enunciado, critican el proyecto de ley de permisos sectoriales, alertando sobre una regresión ambiental nunca antes vista en un gobierno democrático. Sin embargo, en el debate sobre la permisología jamás hemos escuchado a responsables de proyectos de inversión señalar que lo que se necesita es manga ancha para depredar el medio ambiente. Lo que sí observamos es la argumentación en sentido inverso, indicando que la campaña contra la permisología responde al velado propósito de avanzar hacia una regresión ambiental de carácter catastrófico, como lo señalan Poo y Mallega.
Buscar mecanismos que aceleren la inversión no es incompatible con un desarrollo sustentable y tenemos que ser enfáticos en rechazar los discursos que buscan alarmar y sembrar desconfianzas. De hecho, el desarrollo sustentable es incompatible con una sociedad en que impera la desconfianza.