Gerente de Arauco: “Si el nuevo Presidente, sea del color político que sea, tiene clara la importancia del crecimiento y la seguridad, estamos disponibles para invertir”
Pese a la disminución de las plantaciones, la incertidumbre por los incendios, el robo de madera e, incluso, la posibilidad de que Chile tenga una presidenta comunista, Arauco, la empresa forestal del grupo Angelini, afirma que mantiene el interés de seguir invirtiendo en el país.
La firma está diversificada en el exterior, con presencia productiva en 1 naciones. En Brasil desembolsará US$ 4.600 millones en la construcción de su mayor planta de celulosa, Sucuriú, en el estado de Mato Grosso do Sul. Esto le permitirá aumentar la capacidad de producción de esta materia prima de 5,3 millones de toneladas al año a casi 8,8 millones en 2027, con lo que se instalaría como el segundo mayor actor del sector, tras la brasileña Suzano.
“Arauco se encuentra en un momento muy positivo. Trabajamos con madera y hoy en el mundo, el tema de la huella de carbono, los productos reciclados y los que sean capaces de sustituir otros menos amigables con el medio ambiente tienen un futuro espectacular”, aseguró Cristián Infante, gerente general de Arauco. El ejecutivo, quien en 2026 cumpliría 30 años trabajando en la compañía —desde hace 11 años lidera la administración—, conversó con “El Mercurio” en la planta Constitución, en la Región del Maule. Acudió hasta esa zona para celebrar los 50 años de esa instalación, la más antigua de la empresa.
—¿Hay inversiones en Chile o todo el foco está en Brasil con Sucuriú?
“La inversión más grande en la historia de la compañía fue MAPA, que lo hicimos en Chile, en Arauco (Biobío), una planta de celulosa de 1.560.000 toneladas que echamos a andar. Eso nos da un porcentaje de producción de celulosa muy alto en Chile, por lo tanto, un paso natural era buscar una alternativa y por eso hoy día estamos en Brasil. Además, ese país ofrece unas condiciones naturales de crecimiento, de los árboles, de disponibilidad de materia prima muy positivo”.
“Pero también tenemos una cartera de inversiones bastante interesante en Chile, estamos haciendo una planta de OSB (paneles) en el sur en el complejo Trupán-Cholguán. Además, tenemos un potencial eólico grande, de aproximadamente 15 parques eólicos que podemos desarrollar en nuestro patrimonio y estamos muy avanzados. El proyecto Viento Sur que está al sur de Arauco es de 250 megas, que tiene su RCA aprobada, pero está, como muchas iniciativas en Chile, con un tema de judicialización de los permisos”.
—¿Cuál es la cartera de inversión potencial en Chile?
“Tenemos un potencial eólico en Chile de 2.000 megas, o sea, si hiciéramos todos los proyectos son US$ 2.000 millones. En la planta de OSB son US$ 92 millones”.
—¿La “permisología”, el robo de madera y la falta de materia prima, árboles, impiden un avance más rápido en la inversión forestal en el país?
“Para crecer en plantas necesitamos más materia prima. Lamentablemente, la cantidad de hectáreas forestadas en Chile ha disminuido por varios motivos. Uno de ellos son los incendios, donde el porcentaje de intencionalidad es bastante alto si uno lo compara con cualquier parte del mundo. En tanto, ha bajado de 2,4 millones de hectáreas lo que había forestado a aproximadamente dos millones de hectáreas, por lo tanto, es un elemento que limita el crecimiento potencial, las inversiones que podemos hacer en el futuro en Chile”.
“Ahora el tema robo de madera, después de la ley que se aprobó, ha disminuido muchísimo. Siempre será un problema, pero hoy día no es un elemento limitante para el desarrollo”.
—¿El desarrollo exportador chileno se agotó, como dijo el exministro de la Concertación y exsenador Carlos Ominami?
“No, no se ha agotado para nada. Yo creo que en Chile, en la medida en que resolvamos ciertas trabas que hay para poder invertir, como puede ser la “permisología”, podemos avanzar. El empresario chileno ha demostrado en Chile y el mundo que cuando se dan las oportunidades y las condiciones, es capaz de generar valor”.
—¿Ustedes seguirían invirtiendo en Chile si la Presidenta es comunista? “Más que entrar en si seguir invirtiendo o no seguir invirtiendo, hay que ver las condiciones que se den. En Chile se ha llegado a un consenso, muy importante, en el cual tenemos claro que hay dos elementos que son fundamentales para proyectar al país. Uno es que el crecimiento importa y otro es que la seguridad y el orden también importan. Si el nuevo Presidente, sea del color que sea, tiene claras las prioridades y trabaja para esas prioridades, nosotros sin duda hemos estado disponibles para seguir invirtiendo”.
—«¿Las condiciones de crecimiento y seguridad están por sobre el color político?
“Nosotros hoy día estamos invirtiendo en Brasil y el Presidente es Lula. No tenemos ningún problema. Lo que nos importa son las condiciones”.
Sucuriú en Brasil se tramitó en apenas 18 meses
—Con la planta Sucuriú, Arauco quedaría como el segundo mayor productor de celulosa del mundo. ¿Aspiran a llegar al número uno?
“Para nosotros, ser el número uno no nos quita el sueño para nada. Lo que queremos ser es una compañía que genera valor y no son solo palabras para sus trabajadores, para las comunidades y para los accionistas. En este sentido, preferimos tener un crecimiento sano, robusto”.
“Cuando uno ve otras empresas, como por ejemplo Suzano, ha crecido y se formó en lo que es hoy día a través de la consolidación de distintas compañías. Arauco prácticamente todo su crecimiento de celulosa ha sido orgánico”.
—¿El apoyo a la inversión en Brasil dista mucho de lo que existe en Chile, es mayor allá?
“En Chile la diferencia con Brasil, lamentablemente, es el tema de la “permisología”. Llevar a cabo proyectos grandes en Chile demora mucho tiempo y conlleva una incertidumbre bastante grande. Asimismo, una vez que se logra tener los permisos viene todo un período de judicialización. A mi juicio, y asíes en muchas partes del mundo, una vez que la autoridad a uno le da un permiso, sies que alguien reclama por ese permiso, esa persona debería entenderse con la autoridad. El privado que hizo todo para que le entregaran su permiso no debería tener ningún problema y eso a usted le da seguridad jurídica”.
—La planta MAPA en el Biobío les costó cerca de US$ 3.000 millones; en tanto Sucuriú, US$ 4.600 millones. ¿Cuánto demoraron los permisos en ambos casos?
“Sucuriú, 18 meses. MAPA, con la judicialización, fueron ocho o nueve años, más o menos. En ese tiempo Brasil hizo tres plantas de celulosa”.
—Estados Unidos acaba de amenazar a Brasil con aranceles del 50%, ¿les preocupa para sus inversiones en el mercado brasileño?
“Aún es un anuncio muy prematuro como para proyectar sus alcances”.
EE.UU.: Aranceles y nuevas oportunidades
—¿Cómo están en Estados Unidos en materia de inversiones y cómo les afecta el escenario arancelario?
“La poca claridad no ayuda a los negocios. Si a uno le ponen aranceles para la importación, eso obviamente tendrá efectoen los mercados locales, en los precios y donde estamos presentes. En Estados Unidos somos el líder en la producción de tableros. Nos sentimos muy cómodos trabajando en el mercado americano, hemos crecido, y el complemento que tenemos entre lo que pasa allá y las importaciones de distintas partes del mundo nos permite servir a clientes extremadamente exigentes”.
—El Presidente Trump ha impulsado la producción local, ¿tienen planes de aumentarla en ese país?
“Nosotros nos sentimos muy cómodos en Estados Unidos y estamos siempre muy disponibles para buscar oportunidades... Hemos invertido, aproximadamente, US$ 1.500 millones en Estados Unidos”.
—¿El tema arancelario ha golpeado a la madera?
“Sí, a algunos productos que son más elaborados, como las molduras pintadas que entran a Estados Unidos, que es un producto muy relevante. Eso desde marzo paga 10%o. El resto, la madera aserrada, por ejemplo, el plywood no paga y, por lo tanto, estamos a la expectativa”.
Fuente: El Mercurio