Propuesta en madera desde La Araucanía busca revolucionar la vivienda en la región y el continente
En una región que alberga uno de los patrimonios forestales más importantes del país, un grupo de arquitectos e investigadores presentó una propuesta innovadora que busca cambiar la forma en que construimos: se trata de ProDuramen, un proyecto de edificación en altura media con madera estructural, desarrollado en La Araucanía por Equipo Jaspard Arquitectos, tras más de dos años de investigación y validación técnica.
La iniciativa, que fue presentada ante autoridades, empresas, académicos y representantes del rubro forestal, plantea una solución concreta, eficiente y escalable al déficit habitacional de Chile y América Latina. A través de un modelo estructural mixto —con un núcleo central de hormigón y todo el resto del edificio construido en madera de pino radiata tratada—, ProDuramen apuesta por industrializar la construcción de viviendas sustentables, con menores costos, mejor rendimiento térmico y más rápida ejecución.
“Lo que proponemos es un sistema constructivo de entramado ligero en madera certificada, capaz de responder a los estándares térmicos, acústicos y sísmicos más exigentes. Esta tecnología, además, permite prefabricación e instalación más rápida, lo que reduce drásticamente los plazos y costos”, explica Henri Jaspard, arquitecto a cargo del diseño.
La estructura contempla conectores metálicos que controlan la flexibilidad de la madera ante sismos y un tratamiento ecológico de impregnación con cobre micronizado, lo que elimina riesgos de pudrición o termitas. Las paredes y techos cuentan con aislación térmica de lana de vidrio, lo que permite un confort térmico en todas las zonas del país, con bajo consumo energético.
Una apuesta con respaldo técnico y territorial
La presentación del proyecto coincidió con el reciente reconocimiento a Chile en la Conferencia Mundial de la Madera, realizada en Australia, donde el país fue destacado como polo emergente en construcción sustentable. En este contexto, La Araucanía aparece como un terreno fértil para liderar esta transformación, dada su experiencia forestal, la disponibilidad de materia prima, y una red de más de mil aserraderos entre Valparaíso y Magallanes.
“Nos interesa mucho este tipo de iniciativas, porque permiten dar una respuesta más rápida y sustentable al problema de la vivienda. Acá en la región tenemos los materiales, la capacidad industrial y empresas preparadas. El desafío es escalarlo”, señaló Patricio Escobar, seremi de Vivienda de La Araucanía.
Desde el Centro Nacional de Excelencia para la Industria de la Madera (CENAMAD), la arquitecta Fabiana Lorca subrayó que “la madera es ideal para prefabricación, y su huella de carbono es muy baja. Ante el déficit habitacional, es clave aprovechar esta capacidad instalada en el sur de Chile”.
Ventajas económicas, sociales y ambientales
A diferencia del hormigón armado, los edificios construidos con entramado ligero de madera pesan hasta cinco veces menos, lo que permite cimentaciones más simples y adaptarse a terrenos donde antes no era posible construir. Además, los edificios ofrecen mejor eficiencia energética, menor gasto en climatización y reducción de residuos de obra.
“La madera es el material del futuro: es sostenible, prefabricable, eficiente y genera menos residuos. Iniciativas como ProDuramen demuestran que la arquitectura y la industria pueden ir de la mano para generar soluciones reales”, indicó Carolina Hurtado, gerenta de Madera21.
Por su parte, Marcelo Bonnefoy, gerente regional de CORMA, destacó que hoy existen soluciones ignífugas y materiales certificados que permiten llevar la madera a nuevos estándares de construcción en altura. “Lo que falta es que más constructoras e inmobiliarias se atrevan”, agregó.
Un llamado similar hizo Francisco Javier Almagro, jefe de proyectos de Jaspard Arquitectos: “Tenemos una propuesta probada, sólida, industrializable, que reduce costos y tiempos. Ahora necesitamos que el mundo privado se atreva a adoptarla”.
Una oportunidad país
Con más de 900 mil m³ anuales de madera estructural producida en Chile y 60 mil m³ ya certificados, el potencial para escalar esta tecnología es real. La apuesta por la madera en mediana altura puede transformar la industria, descentralizar la construcción y posicionar al sur del país como líder de un modelo habitacional sostenible y de vanguardia.