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Aserraderos en crisis: la debacle de la industria maderera golpea al sur de Chile
La industria maderera en Chile atraviesa una profunda crisis. En los últimos cinco años, cerca del 20% de los aserraderos del país han cerrado sus puertas, una situación que ha impactado con especial dureza a las pequeñas y medianas empresas (Pymes) y ha provocado una pérdida masiva de empleos, principalmente en la zona sur.
Las Pymes del sector advierten que la situación se ha vuelto insostenible. Muchas empresas se encuentran en estado de insolvencia y reportan una reducción significativa de puestos de trabajo. Las causas de esta crisis son múltiples y complejas:
Crisis en la construcción: La baja demanda en el sector de la construcción ha deprimido el mercado de la madera.
Factores económicos: El aumento de las tasas de interés y la caída en el precio de los materiales han afectado la viabilidad económica de las operaciones.
Inseguridad en la Macrozona Sur: La violencia, los robos de madera y los incendios forestales han creado un entorno de alto riesgo para la producción.
La amenaza a la sostenibilidad del sector
Los gremios de la industria forestal han manifestado su preocupación por la falta de fomento a la reforestación, lo que, a su juicio, generará una escasez de materia prima en el futuro. Advierten que, si no se implementan medidas urgentes, la crisis se profundizará, poniendo en riesgo la continuidad de cientos de PYMEs forestales y la estabilidad económica de miles de familias.
Solo en la Región del Biobío, un centro neurálgico para el sector, más de 20 aserraderos han cerrado desde 2020. A esto se suma la desaparición de 50 aserraderos de pequeña y mediana escala en los últimos 10 años, según estimaciones de Pymemad y Corma Biobío-Ñuble. Estos cierres, junto con el de plantas industriales como Horcones 2 y la suspensión indefinida de El Colorado, han dejado a cientos de personas desempleadas.
Un aserradero puede generar entre 10 y 100 puestos de trabajo. La pérdida de cada uno de ellos multiplica el impacto de la crisis y afecta no solo a los trabajadores, sino también a las comunidades locales que dependen económicamente de esta industria.
Fuente: Hora 12
