Sector Forestal y Bioeconomía Circular: Una necesidad, oportunidad y razón de orgullo para Chile

Sector Forestal y Bioeconomía Circular: Una necesidad, oportunidad y razón de orgullo para Chile

Rodrigo O’Ryan Blaitt, gerente general de John O'Ryan Surveyors y presidente Asociación Chilena de Biomasa (AChBIOM).

Es evidente que la forma en que nos relacionamos con el medio ambiente requiere de cambios abruptos y a gran escala. No podemos seguir emitiendo gases, líquidos y materiales sólidos contaminantes que terminan destruyendo los ecosistemas, exterminando especies, generando calentamiento global y enfermando a los seres vivos, entre muchos otros males. Como humanidad, tenemos los días contados si no logramos encontrar solución a esta problemática, por lo que requiere pasar, de manera urgente, a un nuevo modelo basado en el uso eficiente de los recursos generados a partir de fuentes renovables y amigables con el medio ambiente. Es aquí donde aparecen los conceptos de “Bioeconomía” y “Economía Circular”

La Bioeconomía engloba la producción de fuentes biológicas renovables y la conversión de estos recursos y residuos en productos de valor agregado tales como comida, pastura, bioproductos y bioenergía (Fuente: Comisión Europea 2012).

La Economía Circular se basa en que “el valor de productos, materiales y recursos se mantiene en la economía durante el mayor tiempo posible y la generación de residuos es minimizada” (Comisión Europea 2015). Esto pone especial énfasis en la eficiencia en el aprovechamiento de los recursos (económicos y ecológicos) y no sólo de los residuos, que se tratan como un recurso, en consonancia con la política anterior de la Comunidad Europea. El plan de acción incluye dos prioridades sectoriales directamente vinculadas a la bioeconomía: desperdicio de alimentos y conversión eficiente de biomasa.

Los conceptos de Bioeconomía y Economía Circular tienen objetivos similares y se superponen hasta cierto punto, pero ninguno es completamente parte del otro ni está incrustado en el otro. Sin entrar en profundidad, consideremos a la Bioeconomía Circular como la intersección de “Bioeconomía” y “Economía Circular”.

Y es en este contexto en que resulta muy relevante ver como el sector forestal es y será cada vez más un actor vital en el desarrollo de una “Bioeconomía Circular”. A continuación, algunas referencias de sus alcances principales en este desafío:

1. Bioenergía: energía verde

Significa el utilizar la biomasa en reemplazo de los combustibles fósiles. Actualmente la bioenergía generada a partir de biomasa (sin contar el biogás) es la principal energía renovable tanto en Chile como en el mundo, con cerca del 65% de participación en su producción y, además, es la segunda fuente de energía -por muy poco detrás del Diesel- en la matriz de primaria de Chile, con cerca de un 25% de ésta. 

Mirando hacia el futuro, la Agencia Internacional de Energía, indica que para lograr la Carbono Neutralidad para el año 2050, debemos reducir de 80% a 20% la participación de los combustibles fósiles en la matriz energética, para lo cual el uso moderno de biomasa debe aumentar en torno a un 60% respecto a la participación actual.

2. Productos químicos y nuevos tipos de biocombustibles

 La biomasa forestal tiene un alto contenido de “carbono verde”. Esta característica es especialmente relevante en Chile, futuro líder internacional en la producción de “hidrógeno verde”. Ambos elementos, el carbono y el hidrógeno, componen muchos productos químicos que requerimos en todos los ámbitos de nuestro quehacer, en especial biomateriales, bioplásticos y otros tipos de biopolímeros. Si contamos con “carbono verde” e “hidrógeno verde” podremos establecer una “industria química verde” sustentable desde perspectivas económicas, ambientales y sociales, respondiendo a la necesidad de los mercados internacionales de reemplazar al petróleo y sus derivados, por materias primas renovables con una baja huella ambiental. En forma paralela, cabe mencionar a nuevos combustibles neutros frente al cambio climático, los denominados “efuels”. Éstos se producen en base a energía generada por el sol, el viento u otras fuentes renovables. 

3. Biomateriales, bioplásticos y biopolímeros 

La negativa huella ambiental asociada a la transformación de materias primas fósiles hacia múltiples productos utilizados cotidianamente; y la necesidad y posibilidad de fijar carbono por largo tiempo en productos biobasados -contribuyendo a disminuir la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera- hacen que la producción de una amplia variedad de biomateriales, bioplásticos y biopolímeros tengan un futuro muy promisorio. Entre ellos: productos y aplicaciones que van desde paneles aislantes con recubrimientos ecosustentables/ignífugos, la construcción en madera, adhesivos biobasados, pinturas, materiales asfalticos, Fibra Textil, plásticos biodegradables, entre muchos otros.

4. Químicos finos

La madera, la corteza y el follaje de especies arbóreas contienen una gran variedad de compuestos que protegen a los árboles del ataque de hongos e insectos, le otorgan una resistencia natural a la pudrición y evitan reacciones de degradación con el oxígeno atmosférico, entre otras funciones. Estos compuestos abren un amplio campo de desarrollo de productos químicos finos de alto valor, para industrias tan diversas como, la alimenticia, farmacéutica y de materiales avanzados.

 

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